La hembra tiene un embarazo muy corto (de 26 a 35 días), a partir del cual nacen de 1 a 6 crías, sin pelo, con los ojos y oídos completamente cerrados, e incapaces de caminar que la hembra deposita en un nido expresamente preparado para este menester y recubierto con el blando pelo de su propio vientre. La lactancia dura de 20 a 24 días y son amamantados dos veces al día. A los 7 días el pequeño conejo duplica su peso. Entre el séptimo y el undécimo día abre los ojos y ya presenta el cuerpo recubierto de una blanda pelusa. A la segunda semana su pelaje ya es bastante espeso y empieza a salir del nido. A partir de la tercera semana las salidas del nido son más frecuentes y empieza a mordisquear con curiosidad algunos vegetales. Hacia la cuarta semana comienza a comer por su cuenta aunque todavía sigue mamando. La flora intestinal no se termina de adaptar a los sólidos hasta la sexta semana, momento en que ya se puede independizar Si la madre muere, puede intentarse criar a los pequeños con leche para gatos recién nacidos (de venta en tiendas de animales) que se suministra, en pequeñas dosis, con una jeringuilla 4 veces al día. A continuación se masajea cuidadosamente el vientre con el dedo, y se les mantiene calientes con una temperatura de unos 30º C (mediante una bombilla de infrarrojos). A partir de la tercera semana de edad, puede añadirse a la leche papilla de avena y zumo de zanahoria.
